
Aparecieron sus dibujos, y a manera de intérprete, Ricky desató los cordones y armó la muestra. Maravillosa muestra y simple. Consistente y delicada. Con la música en vivo y en oscuro (Gracias Hernán!!). La gente que asistió a la gran proyección quedó en silencio, como lamiendo con los ojos cada página, retratando en la memoria cada situación, cada máscara. Suspendió el juicio. Todo se disfrutaba y todas, pero todas las líneas disciplinarias se conjugaron en la línea de Mariano. Nadie llamó dibujo a lo que vieron.
Detrás de la cortina vive mucha gente. Mariano volvió ahí despues del acontecimiento, a seguir haciendo lo que hace, sin ruidos, bajo el canto de una musa sagrada. Pero llegamos a sacarle una foto, a brindar con él y con los amigos que llegaron al patio, en una hermosa noche develada.


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