Que pim, que pum, que pam. Idas y vueltas en la idea que de seguro iba a ser riesgosa.
Un pogo anuncia algo de violencia, que esperábamos no trajera más consecuencias que un poco mas de adrenalina y sudor. Y algunos golpes.
Un escenario montado que semejaba un ring. ¿Quién iría a desfilar espásticamente por ese cuadrilátero al ritmo de la música y de los empujones? Era una prueba. Una experiencia sin red a la que me hizo saltar la serenidad y la seguridad de Nico.
La gente fué llegando y bebiendo....y charlando y encontrándose....Pero nadie subía, nadie balilaba...en fin, era un escenario y una música que tal vez estaban destinados a otro público...
Pasaba el rato y la música seguía sonando, atravesando el ring vacío y la expectativa de que suceda algo sin que nadie lo haga suceder. Algo hubo que hacer, romper el hielo, ponerse a convidar enérgicamente a los actores. Algunos subieron. La elite de los pintores jóvenes que tal vez al ver al viejo que saltaba, se animó. Por fin comenzaron a empujarse, efusivamente pero sin la violencia del odio. Saltamos sin a veces ver venir el golpe, mirabamos a los caídos y los regresabamos al pogo...Estuvo bueno y nos cansamos mucho.
A la vuelta, tambien empujada desde adentro, el único de los que se presentó para la segunda, después de algunos encontronazos....rompió los códigos del pogo y se corrió. Fui a dar al piso, golpeado. Se termino entonces la segunda sesión. Sentado, senti algo mojado en el pantalón. Cuando metí la mano, me supe lastimado. Jim Beam y la gotita hicieron la curacion que maravilló a mi cirujano. Terminó el pogo y creo que hubo muchos que ni siquiera se dieron cuenta....tal vez hablando del tiempo que pasaron sin verse...o de otra muestra.
Uno de los que miró escribio una certera nota:http://www.ramona.org.ar/node/24072
Igual queda en el recuerdo la tarima vacía, como obra llena de lo que uno se quiera imaginar.
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